La chef Anne-Sophie Pic (Valence, Francia, 1969) logró hacerse de un nombre con peso propio en el mundo de la alta cocina. Con su filipina blanca, siempre impecable, lentes de pasta gruesa y una precisión ejemplar al momento de dirigir a sus equipos de cocina, Pic fue reconocida hace tiempo como la cuarta mujer en el alcanzar las tres estrellas de la famosa Guía Michelin.
Más allá de los reconocimientos y el ritmo imparable de la cocina, en sus manos se esconde el trabajo incansable de quien al inicio se negó a ser parte del legado de su maison familiar. Poco a poco, la vida, el vino y la fuerza de la naturaleza la fueron transformando en esa referencia gastronómica, no solo en Francia sino en el mundo entero.
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Por Ramón Barreto
En una profesión en la que cada minuto cuenta, nos detuvimos a hacerle 11 preguntas sobre el valor del tiempo, el lujo en la actualidad y el futuro de la alta gastronomía. Sus respuestas tienen una mezcla de legado, acierto y buen gusto, como sus platillos. Aquí se develan algunas capas de sabor, en exclusiva, para Vogue México y Latinoamérica:
Vogue: ¿Cuál ha sido el mayor desafío de tu carrera y cómo lo superaste?
Anne-Sophie Pic: Cuando tomé las riendas del restaurante Pic en Valence, para unirme al legado de mi padre, sentí dudas y una especie de culpa. Ser una chef autodidacta, y mujer, presentó muchos desafíos, incluyendo cuestionamientos sobre mi ‘legitimidad’. Ganar la tercera estrella Michelín para nuestro restaurante fue un día muy especial. En primer lugar, porque significaba recuperar esa tercera estrella, en memoria de mi padre (que se había perdido en 1995, tras su fallecimiento). Me sentí orgullosa, feliz y, por supuesto, aliviada. Pero, más que un final, fue un comienzo. Significó que podía seguir trazando mi propio camino, y eso me dio una sensación de libertad.
¿Cómo defines la época en la que vivimos? ¿Qué es el tiempo para ti?
Estamos en una era efervescente, llena de creatividad y cambios dinámicos. Para mí, el tiempo es un verdadero lujo. Ya sea para disfrutar placeres hedonistas o para tomar distancia y reflexionar sobre mi trabajo, el tiempo me ayuda en mi proceso creativo. El lujo es darse permiso: ¡se trata de libertad!
¿Puedes contarnos sobre tu trayectoria y qué te inspiró a ser chef? (Más allá de tu historia familiar)
Cuando era más joven, no quería seguir los pasos de mi padre, Jacques Pic. Interesada en la alta costura, fui a París para estudiar en una escuela de negocios de moda. Para completar mi formación, viajé por Asia y Estados Unidos. Luego hice una pasantía en Moët et Chandon, donde profundicé en el mundo del champagne. Descubrí la magia de los blends, y creo que eso me llevó de vuelta a la cocina. Me di cuenta de que tenía un legado vivo que además podía mantenerse en el tiempo. Así que decidí regresar a Valence, en Francia, para formarme junto a mi padre.
Has recibido numerosas distinciones a lo largo de tu carrera, incluidas estrellas Michelín. ¿Cómo manejas la presión?
Los premios no son un fin en sí mismos. Representan el compromiso y el arduo trabajo de todo un equipo, y nos motivan a superar nuestros límites con humildad y perseverancia, para no dejar de ser innovadores. También es importante tomarse un respiro y disfrutar la vida.
¿Y cómo te tomas ese respiro?
Tengo pasatiempos relacionados con mi trabajo, como la recolección de frutos silvestres. Durante mis viajes, también aprovecho para descubrir nuevos terroirs y productores locales.
¿Qué mujeres te han inspirado más a lo largo de tu carrera?
Nadia Santini, chef del restaurante Dal Pescatore cerca de Mantua, Italia, que ha obtenido tres estrellas Michelin, domina a la perfección la cocina tradicional italiana. También Sophie Pic, mi bisabuela, quien fue una emprendedora vanguardista. La historia de la familia Pic comenzó con ella, cuando abrió el Auberge du Pin en 1889. Esta pasión llegó hasta André (mi abuelo) y Jacques (mi padre).
¿Cuáles son tus fuentes de inspiración para crear nuevas recetas y menús?
Me inspiro tanto en el legado culinario de mi familia, como en la esencia de la naturaleza que me ha rodeado desde pequeña. Crecí en Drôme, la segunda región orgánica más grande de Francia, donde cultivé mi amor por los productos locales. También soy hija y nieta de chefs. De niña, mi habitación estaba sobre el restaurante de mi padre. Los aromas de la cocina crearon un universo culinario que hoy me impregna. Por último, me inspiro en mis viajes, las interacciones con productores y las colaboraciones con artistas, que enriquecen mi creatividad.